Pues bien, la cosa es sencilla, chocolate (negro, con leche, blanco o de lacasitos, el que más apetezca) y una masa quebrada de esas que vienen ya hechas y frescas. El truco está en colocar la tableta en el centro y con ayuda de un cuchillo y maña darle la forma que se desea a la masa. Unos 25 minutos de horno (más no que se quema el chocolate) y listo. Se puede decorar luego con virutas o antes con frutos secos y/o chocolate por encima.
Bon Appétit.
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